La idea de la existencia de Trolls, duendes y hadas siempre han fascinado a la raza humana, al punto que la búsqueda de dichos seres se ha vuelto un delirio para muchas personas. Sin embargo, la idea de seres fantásticos, de fisonomía bella y buenas intensiones es una descripción que viene de cajón con dichos seres. Sin embargo, que pasaría si estos seres fueran malévolos, con intensiones obscuras y se alimentaran de dientes y huesos de niños humanos?
Dicho planteamiento nos lo hacen Guillermo del Toro y Matthew Robbins en su guión que es llevado a la pantalla grande por el director Troy Nixey.
La trama de la película nos muestra a una triste niña de nombre Sally (Bailee Madison), la cual deja a su madre en la ciudad de Los Angeles y se va a vivir con su padre (Guy Pearce) y su novia (Katie Holmes) en algún pueblo montañés de Rhode Island.
El padre de Sally, Alex, es un arquitecto que busca remodelar la casa de un afamado naturalista muerto, que murio hace mas de un siglo en dicho lugar. Kim, la novia de Alex, es una diseñadora de interiores que trabaja en la famosa mansión Blackwood que está remodelando Alex.
Cuando Sally llega a vivir a la mansión Blackwood con Alex y Kim, la niña descubre que la casa tiene un sótano, que nadie sabia que existía, y cuando lo explora, se da cuenta que hay unos seres que la llaman y que quieren ser sus amigos en un deposito de cenizas clausurado. De modo que la niña busca la manera de obtener herramienta para quitar los pesados seguros del deposito de ceniza para liberar a los seres que buscan su amistad, y de esta manera buscar una salida para los sentimientos de tristeza y soledad que tiene desde que llegó a Rhode Island.
Con lo que no contaba Sally es que los seres diminutos, son seres malévolos que buscan destruir y que quieren secuestrarla para degustar sus huesos y dientes para saciar su hambre. Esto llevará a que tanto Kim, como Alex y los empleados de la mansión Blackwood sufran una serie de pavorosos ataques por parte de las diminutas criaturas, que son maldad pura concentrada y que llevarán a un final que estremecerá a todos los espectadores y que nos dejará pensando en cual fue el destino final de los personajes.
El guión es magistralmente logrado por Guillermo del Toro, el cual como siempre, nos mantiene al borde de la butaca. De igual manera el trabajo de Matthew Robbins, le añade toques que le dan tintes nuevos a los guiones a los que Del Toro nos tenía acostumbrados. Muy buena historia.
Por otro lado, los efectos especiales y la fotografía son excelsos. Sin caer en la exageración, los personajes malévolos que acosarán a los personajes de la película, son terroríficos y muy bien logrados.
En cuanto a la fotografía, los planos son en su mayoría de 2 tipos: generales y a detalle. Los planos generales, son usados para mostrar la magnificencia de la mansión Blackwood y sus alrededores. Los planos a detalle, son usados para darle un gran dramatismo y terror a las escenas donde los pequeños monstruos de la película interactúan con los actores; y de igual manera son usados para resaltar los pequeños detalles de la mansión Blackwood.
De igual manera, los filtros usados para rodar la película son escogidos con sumo cuidado para dar el ambiente de suspenso que una historia como la de Guillermo Del Toro necesitaba. Los ambientes son obscuros, ya que los pequeños monstruos son sensibles a la luz, y aun a pesar de esto los planos nos permiten observar cada detalle de las situaciones que se nos muestran a lo largo del largometraje.
La película, es muy recomendable, y aunque llega un punto en la película en el cual la audiencia puede sentirse enfadada de una trama muy plana, se compensa con los giros que da la historia y la carga nerviosa del resto de la cinta.
Como siempre, les dejo el trailer de la película, y como garantía de una buena cinta de terror tenemos a Guillermo Del Toro como productor y guionista del largometraje.
